jueves, 3 de abril de 2008

¿falta de estímulos?

Teoterapia para Ud.: ¿Falta de estímulos?categorias: Columna - Sociedad - Local
¿Sobre qué fundas tu vida y cómo miras al futuro?. Si ya has puesto tu fe en el Señor Jesucristo, necesitas meditar más y más en estas gloriosas promesas que han de ser estímulos poderosísimos para que tu fe no caiga y desfallezca.
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Escrito por Nelson Zenteno
Se ha dicho que uno de los mayores motivos en el decaimiento de las civilizaciones ha sido la falta de estímulos adecuados. Lo mismo ocurre en la esfera espiritual. El Cristianismo que no tiene poderosos motivos para seguir a Cristo y vivir la vida cristiana, desfallece y finalmente su obra no produce fruto alguno. Los cristianos primitivos tenían verdaderos estímulos y motivos para vivir la vida cristiana. Su conducta era intachable, practicaban el amor y el perdón, soportaban el sufrimiento con paciencia y el abuso sin vengarse.También el cristiano de hoy tiene poderosos estímulos para seguir a Cristo. La palabra de Dios dice: “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para nosotros” (1º de Pedro 1:3-4). Por lo tanto, el primer estímulo que los cristianos tenemos es nuestra gratitud a Dios por su redención. La base de toda conducta cristiana es ciertamente la gracia de Dios. No es que nosotros hayamos amado a Dios hasta merecer su gracia, sino que Él nos amó primero y en su amor nos hizo objeto de su misericordia. Dios nos salva de su propia voluntad y por tanto, nuestra respuesta a su amor y misericordia debe ser la obediencia. Este principio tan fundamental de la gratitud cristiana lo hallamos ya expresado en los escritos de los antiguos catecismos. Los niños eran enseñados a saber responder a la pregunta: ¿Cuántas cosas debes saber para vivir y morir felizmente?...la respuesta era: Tres cosas. Primero, la grandeza de mi pecado y miseria. Después cómo he sido redimido de todos mis pecados y miseria y finalmente cómo debo dar gracias a Dios por tal redención. El segundo estímulo para una vida cristiana es el amor. El mismo apóstol Pedro dice refiriéndose a Jesucristo: “A quién sin haber visto le amáis” (1º Pedro 1:8). Aquí llegamos al corazón del Cristianismo. En el nuevo testamento hubo pocos que vieron a Jesús. Solo los primeros discípulos. Después de ellos, millares creyeron en Jesús sin haberle visto y a éstos se refiere el apóstol.- Nuestro amor a Cristo no se funda en la visión física de Jesús. La comunión verdadera con Cristo Jesús no necesita auxilios u objetos algunos que recuerden al maestro. Napoleón Bonaparte comprendió esta verdad cuando declaró, refiriéndose a Alejandro Magno, Carlos Magno y a él mismo: “Un poder extraordinario para influenciar y mandar a los hombres nos ha sido dado". Pero para ello ha sido necesaria nuestra presencia física, el ojo, la voz y por sobretodo la firmeza de manos. En cambio Jesucristo influenció y dirigió a sus súbditos sin su presencia visible y corporal por más de mil ochocientos años”. ¿Amamos nosotros a Cristo sin haberle visto? El tercer estímulo para vivir una vida cristiana es la esperanza en el retorno de Cristo. La palabra de Dios dice: “Nos hizo renacer para una esperanza viva”. Sólo podemos darnos cuenta de la importancia de esta esperanza cristiana cuando pensamos en lo que el cristiano debe renunciar por amor a Dios. El cristiano debe abstenerse de los deseos carnales(1º Pedro 2:11); vivir una vida santa(1º Pedro 1:14-15),soportar abuso e injusticias sin vengarse(1º Pedro 2:20-21). Hacer todo esto implica una inmensa renuncia y todas nuestras inclinaciones naturales están en contra de ello. El único estímulo es nuestra esperanza en la gloria eterna. El nuevo Testamento enseña que hay recompensa eterna después de la muerte en los cielos, para aquellos que obedecen a Dios.Esta gloria futura, es la que sostiene a los creyentes aquí en la tierra. Debemos ejercitar esta esperanza todos los cristianos y cuando digo cristianos, quiero aclarar que me refiero a todos los que creen en las palabras de Jesucristo registradas en el evangelio de Juan 3:16 : “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito , para que TODO AQUEL que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. No creo en los apellidos que los hombres le han puesto a su cristianismo que profesan: Cristianos... adventistas; cristianos... católicos, apostólicos y romanos, cristiano... protestante, fundamentalista, cristiano renovado, cristiano carismático, cristiano Mormón, cristiano testigo de Jehova, cristiano libre, cristiano a mi manera, cristiano ortodoxo, cristiano judío, etc., etc.- Vuelva a leer el santo “Viejo manual” y ponga atención que las palabras son de el propio Jesucristo: “Todo aquél que cree, no se pierda”. Los cristianos primitivos estaban dispuestos a morir, y lo hacían con una sonrisa en los labios. Aun hoy en día, en países donde existe persecución religiosa, sabemos que muchos siguen dando su vida a sus verdugos, con la alegría que esta esperanza eterna les proporciona. El apóstol Pablo , aquel gran servidor de Dios que había sufrido toda clase de estragos y brutalidades por amor a Jesucristo, decía: “Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2º Timoteo 4:6-8). Notemos especialmente sus últimas palabras: ”Y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. El retorno de Jesucristo es la bienaventurada esperanza de la Iglesia. Si negamos esta esperanza, hemos silenciado el estímulo más poderoso que tenemos para vivir la vida cristiana. El creyente que pierde su fe en la segunda venida del Señor Jesucristo, ha desmoronado el último baluarte de su fe. Amigo mío, ¿sobre qué fundas tu vida y cómo miras al futuro?. Si ya has puesto tu fe en el Señor Jesucristo, necesitas meditar más y más en estas gloriosas promesas que han de ser estímulos poderosísimos para que tu fe no caiga y desfallezca. Pero si no has puesto aún tu fe en Cristo Jesús , ¿Cuáles son los estímulos que dan fuerza, vigor y aliento a tu vida?. Quizás te digas: “Bueno, para qué he de preocuparme, si yo soy todavía joven, ya tendré tiempo de sobra para acordarme de las cosas de la religión y de Jesucristo”. Amigo, no te engañes. El tiempo corre muy veloz, la vida presente es toda ella un período de crisis humana y los que no tienen fe y esperanza puestas en Jesucristo, no tienen donde refugiarse. Cree en Jesús y considera su gracia que nos redime, nuestro amor por Jesucristo y la esperanza de su venida.- Estos son verdaderos estímulos del creyente.

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