domingo, 14 de noviembre de 2010

¿porqué no me llamo evangélico?(1ra.parte)


Hoy me siento como que Dios me estuviera mandando a escribir este tema para ustedes, pues creo que es necesario despertar las conciencias de los “evangélicos” en relación a su denominación y de sus grandes desvíos. Por mucho tiempo la iglesia evangélica ha venido criticando a la Iglesia católica por sus errores —lo cual no me parece mal—y ha sido insistente en resaltar principalmente sus crasos deslices doctrinales. Recuerdo que en los años sesenta uno podía conseguir muchos libros en las librerías evangélicas que trataban sobre el catolicismo romano, al cual le sacaban a la luz todas sus desviaciones doctrinales y sus ritos paganos. Hoy, difícilmente puede usted encontrar esa misma variedad de libros sobre el romanismo en dichas librerías. Pareciera que el ecumenismo ha hecho aflojar bastante esta tarea esclarecedora que antes llevaban a cabo los llamados evangélicos.
¿Cuál es el problema con los Evangélicos?
Los evangélicos se enorgullecen en llamarse precisamente cristianos “evangélicos”, como si éste fuera un nombre o título bíblico que los distinguiría como la iglesia apostólica. Sin embargo, ¿qué se quiere decir con “evangélico”? ¿Qué son estrictamente basados en los evangelios?¿Qué son predicadores del evangelio? Bueno, para esto último existe la palabra “evangelista” y este fue el vocablo que Pablo usó en Efesios 4:11 y para Timoteo en 2 Timoteo 4:5, que dice: “Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista (no, evangélico), cumple tu ministerio”. Así que Timoteo, en todo caso, era un evangelista y no un evangélico, puesto que predicaba el evangelio. Cuando uno dice ser “evangélico” no está diciendo que es un evangelista, y no creo que nadie pueda sacar esa definición de “evangélico”. En todo caso uno podría concluir que un “evangélico” es uno que se guía por los evangelios, ¡pero no necesariamente que predica el evangelio!
Pero seamos más exactos: Como cristianos, ¿somos evangélicos, o más bien bíblicos? ¿No sería más correcto decir, “yo soy un cristiano bíblico?” ¿Acaso no es toda la Escritura inspirada por Dios y útil para enseñar, corregir, etc. a fin de que el hombre sea perfecto para toda buena obra? ¿No nos estamos limitando acaso a los evangelios al decir que somos evangélicos?¿No estamos, sin darnos cuenta, rechazando toda la revelación de Dios? Pero lo cierto es que nadie en el NT se hizo llamar “Cristiano evangélico” o simplemente “evangélico”. Esta es sencillamente otra invención de los grupos denominacionales que quieren distinguirse de lo demás.
¡Los “evangélicos” se están volviendo Mundanos!
Viendo cómo los evangélicos se han vuelto laxos con los Católicos a los cuales antes criticaban por sus desviaciones doctrinales, me resultaría ahora incomodísimo identificarme como tal. El nombre o título “evangélico” está venido a menos cuando somos testigos presenciales de cómo este movimiento que tuvo un propósito aparentemente “restaurador” de la verdad en sus inicios, ahora se ha mezclado con la herejía y el mundo. Vemos predicadores evangélicos ecumenistas que van de la mano con los católicos, mahometanos, y hasta con los grupos místicos abiertamente paganos del oriente. Vemos cómo los evangélicos han sacrificado la calidad por la cantidad a fin de hacer de su religión una fuerza religiosa y muy preponderante en el mundo al estilo Vaticano. Hoy somos testigos de grandes “ídolos populares” convertidos al protestantismo evangélico, como Yuri, J.L. Guerra, Marcos Witt, y tantos otros, que tienen un pie en el cielo y el otro en el infierno. Nos sorprendemos al asistir a iglesias evangélicas enormes (mega o súper iglesias) dónde se predica un evangelio facilista, aguado, “light” acompañado de música rock estridente, y hasta el reguetón y el perreo. Todo con el pretexto de “ganar” a los incrédulos, haciéndose como ellos, y vistiéndose y hablando como ellos.
Realmente los evangélicos van de la mano con la cultura de esta sociedad decadente y se han olvidado de que se nos manda a no ser parte de este mundo. Grandes luminarias y modelos evangélicos como Yuri, que dice ser evangélica, pero que canta para sus amiguitos gays en bares nocturnos, nos dejan perplejos sobre lo que los evangélicos realmente entienden por cristiano y por santidad.
¿Pero Realmente predican los Evangélicos el Evangelio bíblico?
¿Cuántas veces ha oído usted, amigo evangélico, predicar a su pastor o “pastora” el evangelio del reino de Dios? Este Reino de Dios es llamado el Evangelio junto con la muerte, sepultura, y resurrección de Cristo. Ahora encontramos un evangelio nuevo que es el de la prosperidad, por citar uno. Este indudablemente es falso y ajeno a la Escrituras, pero muchos evangélicos le han dado la bienvenida. Han claudicado del mandato o advertencia de Pablo en cuanto a tener cuidado de los falsos evangelios que reemplazarían al único y verdadero que es el que Cristo y sus apóstoles predicaron y que llamaron ‘el Reino de Dios’.
Aun los Católicos siguen cometiendo el mismo error al predicar el novedoso evangelio del sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, llamado: “El evangelio social”. También si observamos bien, los evangélicos suelen decir al potencial creyente: “cree en Cristo”, “Dale su corazón al Señor”, “pasa adelante y confiésalo”, “ríndete a sus pies”, “Confiesa tu pecado”, y locuciones como éstas que no encontramos en el Nuevo Testamento. La predicación de Cristo apelaba al buen juicio y a la razón, y para ello Jesús les predicaba a sus paisanos el evangelio o mensaje de un mundo mejor de justicia y de rectitud (El reino de Dios) para todos aquellos que se reconocieran pobres de espíritu, mansos, limpios de corazón, y hambrientos espirituales (Mateo 5). El decía: “Arrepentíos, porque el reino de Dios se ha acercado” (Ver Marcos 1:14,15). Sí, Jesús hablaba de un evangelio o mensaje fascinante concreto (la proximidad del reino de Dios) para que la gente procediera al arrepentimiento. Jesús le dijo al joven rico que para ganar la vida eterna debía guardar los mandamientos, y obrar a favor de los pobres dando todo su dinero. Si así lo hacía, él entraría en el reino de Dios (el mensaje “provocador” de Cristo). Pero los líderes evangélicos dicen que si das todo tu dinero a los pastores acomodados, tendrás bendición duplicada. ¿Dónde está eso en la Biblia? Jesús habló de compartir con los pobres, no con los pastores evangélicos o sacerdotes acomodados y vividores de las iglesias.