jueves, 23 de septiembre de 2010

La silla mecedora.


Hay algo a lo cual no le tengo afecto: La silla mecedora. Mis hijas piensan que mis 60 años descansarían mejor en una de ellas, pero no me gustan. Tal vez a usted le gusten las mecedoras; pero a mi no me gustan, porque hay algo en ellas que yo asocio con la pereza. He visto a muchos hijos de Dios (algunos hermanos, otros pastores) afligidos por este espíritu de pereza.

Desean que Dios les haga algo, que les sane el cuerpo, que satisfaga sus necesidades, desean tener, espiritualmente, aquello de lo cual hablan a otras personas. Pero nunca reciben nada…¿porqué?...por que son haraganes.

Nadie puede conseguir cosas de Dios de esa manera. Hay que salirse de la mecedora. Póngale pies e iniciativa a sus deseos. Haga algo al respecto de sus sueños. De lo contrario, nunca se cumplirán.

Mí amado hermano Jesucristo dijo: “Pedid y se os dará”…algunos nunca han pedido. “Llamad y se os abrirá”…algunos nunca han llamado. “Buscad y hallaréis”…algunos nunca han buscado.

Si los hijos de Dios entendieran las potencialidades que tienen en su propia vida en Cristo Jesús, si sólo comprendieran eso…Si aquellos cristianos que en este mismo momento están sentados en la mecedora, sintiendo la derrota, la desesperación y el desaliento. Si sólo pudieran ver la gran planta de energía que, para realizarlo todo, tienen en su propia alma y que ésta está ociosa. Triste, inactiva e inútil, esperando que ellos toquen el interruptor…pero la pereza les roba el éxito.

Veo cristianos muy inestables. Un día están arriba y al otro día están abajo. De ese modo nunca crecerán en Cristo. Nunca conocerán lo mejor del cielo. Es un desastre tener la victoria en un momento y el desaliento en el que sigue. Ya sé que ellos usan la palabra “temperamento”, pero utilizan esa palabra como pantalla para cubrir su mala disposición, su mal genio, su pereza. Usan “temperamento” como una mampara para esconder su bajeza. Pero cuando vamos al grano, no hay nada que realmente esconda su fea disposición.

Escúchenme perezosos, ustedes nunca recibirán nada de mi Señor, nunca crecerán espiritualmente si unas veces están conectados con su consagración y su vida cristiana, y otras veces, desconectados. NUNCA. Dios no puede utilizarlos así. Nunca serán cristianos poderosos ni receptores de las grandes bendiciones del Señor.

Ciertamente Uds. Dirán: “Pastor, es mejor que haga el asunto un poco más fácil…

Entonces les indicaré lo que dice la Biblia:

“pero pida con fe, no dudando nada” (Santiago 1:6) No estar arriba hoy y mañana ABAJO. Lograr la victoria en la mañana y al medio día estar en lo más profundo de la derrota. ¡NO señores ¡

“porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. NO PIENSE, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor”(Santiago 1:6,7). El cristiano que unas veces está arriba y otras, abajo, no recibe nada, mientras esté vacilando hacia un lado o hacia el otro. No piense tal hombre que recibirá cosa alguna del Señor.

No es suficiente el sólo hecho de tener buenos deseos. Ustedes tienen que respaldar con seriedad, honestidad, entusiasmo y determinación esos buenos deseos. He visto a muchas personas con buenos deseos, buenas intenciones, pero que nunca han tenido éxito. Nunca han llegado a ninguna parte en la vida. ¿porqué?...por su comodidad y pereza.

Permítame enunciar un postulado: “EL PEREZOSO NO LLEGA AL CIELO Y TAMPOCO LLEGARÁ A SER NADA AQUÍ EN LA TIERRA”