domingo, 9 de noviembre de 2008

AUTODISCIPLINARSE

Estoy de acuerdo con mis contemporáneos que muy disgustados expresan que a la juventud actual le falta disciplina, pero nosotros, los de mayor edad, ¿les dimos ejemplo de autodisciplina? ó ¿les enseñamos a auto disciplinarse?
Primero que nada, la persona común piensa que lo mejor es “evitar” los problemas, y esto es falso, porque al no enfrentar una dificultad, sólo se esta pensando en el momento presente, pero no se toman en cuenta las consecuencias, y a la larga, los conflictos resultan mayores.
Veamos un ejemplo: Se sabe que a las personas obesas les cuesta mucho bajar de peso, porque su cuerpo tiende a mantenerse con determinados kilogramos.
Muchos eligen “el camino más fácil”, y siguen degustando y disfrutando de la comida, mientras dura la ingesta, bajo el pretexto personal diciendo: “De algo hay que morirse” o “La pinta es lo de menos”.
Pero, ¿se van a sentir igualmente felices si continúan engordando?, ¿Van a estar contentos cuando quieran ir a la playa o a la piscina y no se atrevan a lucir un traje de baño? Bueno, es un ejemplo sencillo. Alguien puede decir: “No es mi caso”.
De acuerdo. Analicemos otro ejemplo: Un estudiante que no prepara un examen a tiempo, probablemente dedicará sus horas libres a escuchar música o jugar. Pero, ¿qué ocurrirá más tarde, cuando deba dar su prueba? Es casi seguro que fracasará, puesto que desconoce la materia.
Déjeme decirle algo que le servirá para toda su vida:”No hay caminos fáciles”.
Además, cuando no tenemos disciplina, nos gusta exagerar las molestias que producen las dificultades.
Supongamos que un joven quiere pololear con una niña y no se atreve a decírselo. “Imagina” que experimentará un gran dolor si ella le dice que NO.
Con ésta expectativa, ni siquiera va a intentar una aproximación. Y el daño que se hace a si mismo, evitando la dificultad, será peor que enfrentarla. ¿Porqué?, porque es cierto que puede fracasar. Pero aún así, algo aprenderá de lo sucedido. Y esa “experiencia” podrá servirle para un segundo intento, quizás con otra persona.
Y por último, aunque siga recibiendo rechazo tras rechazo, de acuerdo con el cálculo de probabilidades, con alguien triunfará. (“A nadie le falta Dios”). Pero si se considera vencido antes de intentar nada, se condena a vivir sin pareja. Formará el Club de los que dicen: “no he ganado, pero tampoco he arriesgado”.
Si la persona establece cuales son sus metas, la única forma de alcanzarlas es actuando: Por ejemplo, si no quieres caries ó enfermedades en las encías, deberás lavarte los dientes después de cada comida.
Para lograr la autodisciplina, es indudable que deberá enfrentar dificultades y tentaciones. Estas son mayores al comienza y por lo tanto hay que disponer de una “energía extra” para superar la inercia. Sin embargo, cuando uno ya se ha acostumbrado a cepillarse los dientes después de cada comida por ejemplo, ya no es tan difícil y hasta puede resultar agradable hacerlo.
Lo mismo rige para quién desee subir su rendimiento escolar o laboral, o bajar de peso, o lograr cualquiera otra meta. NO HAY OTRO CAMINO PARA AUTO DICIPLINARSE , QUE LA DISCIPLINA
Lo cierto es que “podemos” alcanzar muchas metas, por lo tanto, de aquí en adelante, en lugar de decir: “mejor sigo tal como estoy”, repítase convencidamente: “Soy un ser humano. Puedo auto disciplinarme, aunque me resulte difícil”.
¿Quieres empezar de inmediato? Veamos:
Lo primero es determinar qué objetivo o meta quieres lograr. (mejorar tu rendimiento en los estudios, bajar de peso, dejar alguna adicción, salir de un mal hábito, aumentar tus amigos, mejorar tu autoestima, mejorar tu rendimiento laboral, reconquistar el amor de la esposa(o), etc.,etc.)
Lo segundo es ver y analizar cuantas excusas te das, para no realizar la tarea. (no puedo hacerlo, estoy vencido, no va a resultar, estoy demasiado cansado, es más fácil no hacer nada, así nací, es mi vida, será mi suerte, etc., etc.)
Lo tercero es proponerse un “proyecto simple”. Esto tiene por objeto comprobar cuantos argumentos falsos surgen “antes” de realizar un trabajo. Cuando los tengas identificados, los analizas y buscas la manera de derrotarlos. (habitualmente, se derrotan con una acción concreta).
Lo cuarto es estimularte por el resultado de tu esfuerzo. (a las personas que harás feliz cuando lo logres, las felicitaciones que recibirás de tus amigos y seres queridos, el dinero que ahorraras al no ser malgastado, etc. , etc.).
Y por último, manos a la obra, a demostrarte a ti mismo que efectivamente “puedes hacerlo”.
Cada persona, según sus intereses, se propondrá distintas tarea. Eso que parece “tan difícil”, puede simplificarse si se elabora un programa graduado, con pequeñas “sub- metas”.
Esta forma graduada de realizar la labor, facilita mucho el proceso. Y es válida para cualquier tarea que uno se proponga. Porque si se pretende hacer “todo de una vez”, la meta parece imposible de alcanzar.
En la mayoría de los casos, las personas pasan por períodos depresivos, al considerarse “incapaces” de controlar sus “indisciplinas”, pero ahora tienes la posibilidad de empezar una tarea y por lo general, pronto se comprueba que no era tan difícil ni tan larga como uno había imaginado. Dios te bendiga.